viernes, 20 de marzo de 2009

EL FOSFOYESO MATÓ A MANOLETE

Es lo que falta por decir después de lo que se escucha en un Parlamento Europeo empujado por cierto sector político que ejerce en España, en concreto desde Huelva. Que se le de una consideración distinta al fosfoyeso onubense que al resto del fosfoyeso europeo es cuanto menos de una enorme parcialidad y un nuevo intento de dañar a Huelva, Andalucía y España. ¿El motivo?, muy simple, veamos cuantas plantas de ácido fosfórico hay en Europa que usan el mismo proceso que en Huelva: en Bélgica dos, en Finlandia una, en Grecia dos, en Lituania una y en Polonia tres (y en las nueve se apilan como en Huelva); además había una en Francia que cuando completó el apilamiento dejó de producir ácido fosfórico, lo recubrió y revegetó. ¿Porqué sólo se pone la lupa en la industria onubense?, ¿qué se esconde detrás?, o hay intereses económicos ocultos o sólo me queda pensar que tenga que pagar algún pecado oculto como matar a Manolete. La verdad es que ni en la justicia, ni en el raciocinio normal encuentro lógica al hecho. O todos, o ninguno y una sola vara de medir para todos los europeos. Lo que más me duele es que sean parlamentarios españoles y políticos onubenses los que alientan esta clarísima discriminación que creo podría incluso elevarse a los tribunales internacionales como trato discriminatorio dentro del territorio europeo ante una misma legislación. Por cierto, el fosfoyeso no puede ser un residuo cuando gran cantidad de los tabiques y techos de yeso fabricados, por ejemplo en Bélgica o Alemania, se hacen con fosfoyesos… ¿o aquí también será diferente y no nos dejarán emplearlo si queremos?, me veo en Amnistía Internacional pidiendo amparo.

viernes, 13 de marzo de 2009

¿Davos 1966?. Vale la pena ver los tres vídeos.

...Dos..

y tres.

¿Fosfoyesos Radiactivos?

El fosfoyeso, yeso (sulfato cálcico) normal y corriente que se produce en la fabricación de ácido fosfórico por vía húmeda, no es radiactivo tal como se quiere dar a entender (todos somos radiactivos y dentro de nosotros mismos se desintegran, entre otras cosas, 15 millones de átomos de potasio-40 cada hora). La radiactividad que pueda tener el fosfoyeso, como la radiactividad que generamos nosotros mismos, no supera los niveles legales que lo calificarían como peligroso. Por tanto, apellidar al fosfoyeso como radiactivo es tendencioso ya que este producto no lo es, ni tan siquiera es tóxico-peligroso (RTP) para la legislación europea, sino un producto empleado en la construcción de viviendas en Bélgica, Holanda y Alemania, en las carreteras de Finlandia o en muchos campos europeos como fertilizante y corrector de suelos agrícolas para mejorar los alimentos que todos comemos.