Hace tiempo predije, no es necesario ser profeta para acertar, que el pueblo que se decidiera a coger el toro por los cuernos de la energía y los residuos solucionaría sus problemas económicos y laborales durante mucho tiempo. Evidentemente pidiendo que se cumpla la legilación más exigente, los medios de control necesarios y contrapartidas adecuadas. Creo que el ejemplo cundirá ahora que se ha perdido el miedo... y la economía aprieta.
jueves, 28 de enero de 2010
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