Evidentemente no estoy de acuerdo con el título, pero eso parecen decir los ciclistas que me encuentro continuamente circulando por la carretera cuando paralela a la misma hay un carril-bici. Años luchando, decenios más bien, para obtener estas infraestructuras y ahora que existen, no se usan. Me recuerda a un puente elevado que se montó en un pueblo cercano a Huelva capital porque hubo varios atropellos, para conseguirlo se hicieron cortes de carretera, huelgas, manifestaciones... hasta que se hizo para que nadie lo usara, hubo que vallar las cercanias para forzar el paso por el puente... pero nada. Será que nos va la marcha, digo yo.
Saludos.
ResponderEliminarParticularmente, en cuanto al tema de los carriles bici, soy reacio a utilizarlos y les diré por qué:
En Huelva, al igual que en Sevilla, viene desde hace un tiempo atrás una especie de fiebre por parte de los ayuntamientos por llenar la ciudad de carriles bici. La idea, en principio parece buena. Sin embargo, dado que la mayoría de nuestras calles no fueron concebidas inicialmente para tal tránsito, la adaptación que se hace en gran parte de ellas es pésima, poniendo en peligro al ciclista, al conductor de vehículos a motor y al peatón. Pondré un ejemplo claro en Huelva: Véase el tramo de "carril bici" que se ha realizado en la calle Rubén Darío según se sube ésta procedente de la "glorieta" donde está la fuente esa que representa a Huelva. Ese "carril bici" estrecha la calle Rubén Darío, eliminando un carril de tránsito rodado para vehículos a motor. Es peligrosísimo dado el nivel de conducción y responsabilidad de nuestros conductores. Cualquier día ocurrirá una desgracia ahí.
PD: Entrecomillo "glorieta" porque no es una glorieta, a pesar de que muchos la llamamos así. Y entrecomillo "carril bici" porque no es un carril bici en sentido estricto de la expresión.
PD2: circular por Sevilla es un peligro para cualquier peatón que debe de tener en cuenta a conductores, ciclistas, patinadores, a la hora de circular. En algunos tramos es caótico y peligrosísimo.
Una línea roja es ya un carril bici, pensarán algunos políticos, y donde existen medio decentes, los peatones sentimos un tremendo placer en circular por ellos, agravando el tema.
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