martes, 14 de julio de 2009

Bolsas, bolsas y más bolsas.

El otro día al volver de las rebajas me llamó la atención mi esposa sobre la cantidad de bolsas que habíamos acumulado, cuando todo lo que habíamos comprado hubiera cabido en una sola. Hoy hemos comprado verdura, fruta, pan... y al final cuando terminamos de colocarlo todo volvíamos a tener otro montón de bolsas inútiles y sucias. Los primeros culpables nosotros por no hacer como hacían nuestros abuelos y abuelas que se llevaban la bolsa o el canasto de casa, pero evidentemente la educación de la sociedad del derroche y su forma de actuar al final te llevan a comportarte de una forma que no debes. Pongo el ejemplo de un bote de dentrífico metálico o plástico que contiene toda la información que necesitamos, viene en una caja de cartón que repite dicha información, y envuelta en celofán; cuando lo compramos en la farmacia nos lo envuelven en ese papel suave con el nombre del farmacéutico y nos lo dan en una bolsa pequeña; al llegar a casa tiramos la bolsa (es muy pequeña), el papel, el celofán y el cartón... al final en el cuarto de baño sólo queda el bote, ¿no podrían darnos sólo el bote?. El resto de los envases sobran. Es la sociedad del derroche, de los envases.

sábado, 4 de julio de 2009

¿Desarrollo Sostenible?

La solidaridad intergeneracional es el fundamento del concepto de sostenibilidad enunciado en el Informe Brundtland (1987): “Asegurar que satisfaga las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias”. ¿Cómo hacemos esto?, ¿es posible?, ¿no sería mejor hablar de Desarrollo Viable en vez de Desarrollo Sostenible?. Sunita Narain (Directora del Centre for Science and Environment de la India), dice que “…el hecho es que incluso si el mundo desarrollado reduce su huella ecológica, el mundo más pobre debe ganar espacio ecológico para aumentar su riqueza. Es el derecho al desarrollo. La única pregunta es si podemos aprender nuevos modos de crear riqueza y bienestar. La única respuesta es que no tenemos alternativa”. ¿O acaso vamos a quitarles a los pobres el Derecho al Desarrollo?.

APARTHEID CLIMÁTICO

“En un mundo tan dividido por las desigualdades en términos de riquezas y oportunidades, es fácil olvidar que formamos parte de una comunidad humana. Mientras vemos los primeros efectos del cambio climático en diversos lugares del mundo, cada uno de nosotros debe reflexionar sobre lo que significa formar parte de esta familia. Quizás podemos empezar por reflexionar sobre lo inadecuado del lenguaje. La palabra "adaptación" ya forma parte de la terminología propia del cambio climático. Pero, ¿qué significa adaptación? La respuesta varía según el lugar donde se haga la pregunta. Para la mayoría de las personas de los países desarrollados, hasta ahora la adaptación ha sido un proceso más bien indoloro. Gracias a sistemas de calefacción y refrigeración, podemos adaptarnos fácilmente a temperaturas extremas sólo con subir o bajar el termostato. Ante la amenaza de inundaciones, los gobiernos pueden proteger a los habitantes de Londres, Los Ángeles y Tokio con sofisticados sistemas de defensa climática. En algunos países, el cambio climático incluso ha ocasionado efectos benignos, como la extensión de las temporadas agrícolas. Ahora, por el contrario, consideremos lo que significa adaptación en los países más pobres y vulnerables del mundo, donde 2.600 millones de personas viven con menos de 2 dólares estadounidenses al día. ¿Cómo puede una agricultora pobre de Malawi adaptarse al cambio climático cuando las frecuentes sequías y la falta de lluvia merman la producción? Quizás tendrá que reducir la calidad de la nutrición de su familia o sacar a sus hijos o hijas de la escuela. ¿Cómo puede una persona que vive en un barrio marginal de Manila o Port-au-Prince protegido sólo con planchas plásticas y metálicas adaptarse a la amenaza que presentan ciclones cada vez más intensos? ¿Cómo pueden las personas que viven en los grandes deltas del Ganges o el Mekong adaptarse al anegamiento de sus viviendas y tierras? La adaptación se ha convertido en un eufemismo de injusticia social a nivel mundial. Mientras los ciudadanos del mundo desarrollado están a salvo, los pobres, vulnerables y hambrientos, están expuestos cada día de su vida a la dura realidad del cambio climático. Para decirlo sin rodeos, las personas pobres del mundo están sufriendo los daños de un problema que no crearon“. Desmond Tutu, Arzobispo emérito de Ciudad de El Cabo.

jueves, 2 de julio de 2009

Por fin visité Simancas.

El otro día cumplí uno de mis sueños y pude visitar el Archivo de Simancas, el más antiguo del mundo, y una vez dentro de el pude ver con mis ojos y tocar con mis manos el documento original de las patentes de Jerónimo de Ayanz de 1606 (máquina de vapor, molinos, trajes de buzo, escafandras, submarinos, balanzas, etc.). La calidad de los dibujos es infinitamente mejor de lo que aparecen en los facsímiles del mismo y en ellos se denota una calidad del dibujante (el mismo Jerónimo) con una perfección y un detalle que indican además que conocía perfectamente los equipos que dibujaba, no eran sueños como los de Leonardo Da Vinci, eran realidades que funcionaban para materializar los sueños y necesidades de las personas de la época. Sentir en el dorso de mi mano el papel que rozó la mano de Jerónimo mientras dibujaba los esquemas supuso para mí un momento que espero poder repetir algún día. Cada vez que pienso en Jerónimo de Ayanz, Pedro Juan de Lastanosa y otros tantos que pudieron hacer de España algo que la molicie de algunos de sus dirigentes no permitieron, me trae a la realidad de hoy para desear que tantas palabras que se dicen hoy sobre I+D+I se hagan realidad y no ocurra como sucedió hace 400 años. Como siempre digo, no soy iluso, pero si optimista.