jueves, 2 de julio de 2009

Por fin visité Simancas.

El otro día cumplí uno de mis sueños y pude visitar el Archivo de Simancas, el más antiguo del mundo, y una vez dentro de el pude ver con mis ojos y tocar con mis manos el documento original de las patentes de Jerónimo de Ayanz de 1606 (máquina de vapor, molinos, trajes de buzo, escafandras, submarinos, balanzas, etc.). La calidad de los dibujos es infinitamente mejor de lo que aparecen en los facsímiles del mismo y en ellos se denota una calidad del dibujante (el mismo Jerónimo) con una perfección y un detalle que indican además que conocía perfectamente los equipos que dibujaba, no eran sueños como los de Leonardo Da Vinci, eran realidades que funcionaban para materializar los sueños y necesidades de las personas de la época. Sentir en el dorso de mi mano el papel que rozó la mano de Jerónimo mientras dibujaba los esquemas supuso para mí un momento que espero poder repetir algún día. Cada vez que pienso en Jerónimo de Ayanz, Pedro Juan de Lastanosa y otros tantos que pudieron hacer de España algo que la molicie de algunos de sus dirigentes no permitieron, me trae a la realidad de hoy para desear que tantas palabras que se dicen hoy sobre I+D+I se hagan realidad y no ocurra como sucedió hace 400 años. Como siempre digo, no soy iluso, pero si optimista.

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