jueves, 28 de abril de 2011

Verdades


¿Qué difícil es la verdad?, pero que fácil a la vez. Yo ya he distinguido varias veces en este mundo la diferencia entre verdad "ideológica-teológica" que defienden todo los que terminan en -ismo (cristianismo, judaismo, ecologismo, nazismo...), de la verdad científica, por centrarme en mis temas principales, no es lo mismo un ecologista (religión, filosofía, forma de vivir) que un ecólogo (técnico-científico).
En la verdad del corazón (la del -ismo) hay poco que discutir, te la crees o no, es cuestión de fe (yo soy cristiano católico y hay cosas que me las creo porque sí -Fe- o dejo de ser cristiano-católico), en la ciencia la verdad es mientras no se demuestre lo contrario, siempre es una verdad relativa, y cuando tratamos cosas que se pueden medir prefiero la ciencia.
El problema es el uso demagógico que se hace de la ciencia. Decir que un termómetro lo puede usar cualquier persona en cualquier lugar del mundo y dará el mismo resultado cierto... es falso. La medición de la temperatura se hará en las mismas condiciones, porque si me tomo la temperatura justo al terminar una caminata por la playa... me dirán que tengo fiebre... ¡sólo hay que mirar como sudo!, decir que los informes del CSIC valen cuando en el II Informe dijeron que había un exceso de mortalidad, pero no cuando dicen que no hay peligro radiológico, es manipular datos científicos (cuando además en el informe, que hay que leer entero y no sólo lo que dice la prensa, dice que los datos pueden estar desviados al ser la población de Huelva muy pequeña para este tipo de estadísticas, puras matemáticas).
Decir que la mortalidad en Huelva crece cuando llega la industria es falso, desde entonces es la provincia andaluza donde más ha bajado la mortalidad y crecido la esperanza de vida (el rico vive mejor y más que el pobre). Decir que en Huelva es donde más cáncer hay es falso, sólo hay que ver los estudios de la Universidad de Cádiz o de la Carlos III (ojo, hay que leerlos, no vale lo que ponen algunos en internet).
Y así puedo seguir hasta cansarme.
Hoy he estado en una mesa coloquio que no ha salido como me gustaría por dos razones:
-Primera: los protagonistas, los alumnos, han sido los que menos oportunidad han tenido de participar.
-Segundo: la intervención, con el tiempo terminada para ser el que diera la nota y marcar la nota (demagogia de la barata) de Aurelio (el de la Mesa de la Ría), me ha obligado a hacer algo que procuro no realizar nunca, que es cortar a quién habla (pura educación), pero escudándose en el derecho de palabra lo intentaba emplear para dar información errónea a los allí presentes sin que se le pudiera rebatir. Pido perdón a los asistentes por el mal ejemplo dado y espero que no ocurra más, pero una cosa si digo. A una persona que me dice al oído que mi puesto de trabajo y el de mis compañeros "le importa una puta mierda" y no lo dice en voz alta "porque sino no me firman" (son sus palabras en mi oído) y que después me amenaza con buscarme y... (testigos un Aula Magna completa de la UHU), no le puedo permitir que avasalle el derecho de terceros a ser bien informados abusando de unos derechos que cuando se mal usan dejan de tener poder. Espero que no vuelva a repetir la deplorable maniobra que hoy ha realizado porque, ya nos conocemos, mi respuesta será firme y todo lo serena que pueda, pero lo dicho, que pueda.

Saludos.

Nota: Os invito a las Jornadas, creo serán interesantes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario