domingo, 31 de mayo de 2009

Isidoro Cabanyes y el Motor Solar

“Una compañía de energía piensa construir la estructura más alta, una torre solar, para producir energía. EnviroMission, con base en Melbourne (Australia), planea que su proyecto pionero provea 200 Megawatts (MW) de electricidad, lo suficiente para alumbrar 200 mil hogares. Alzándose 1 km. sobre el suelo en el desierto Nueva Gales del Sur y con un ancho similar a una cancha de fútbol, se elevará desde el centro de un invernadero gigante de 7 km. de diámetro. El proyecto se basa simplemente en que el aire caliente sube. El sol calienta el aire, causando que suba en ráfagas de viento a 56 km/h y mueva 32 turbinas. Anteriormente en España, entre 1986 y 1989, una torre de 200 metros produjo con éxito 50 kW de electricidad.
Si funciona esta torre, diseñada por el profesor alemán Jörg Schlaich, podría revolucionar la producción de energía sustentable.”
Con estas expresiones y otras parecidas que difieren en algunos datos técnicos, encontramos referencias en internet sobre el proyecto de Mildura. Como se dice en esta referencia, esta torre tuvo un precedente en una más modesta que “sólo” medía 195 m. de altura con un campo de invernaderos de 240 m. de diámetro, su potencia era de 50 KW y funcionó desde julio de 1986 hasta febrero de 1989, fecha en la que debido a un fallo de construcción se derrumbó a causa del viento. Esta planta eólico-solar estuvo en España, concretamente en Manzanares, y la verdad es que tuvo poca repercusión para lo que significó en su momento y puede significar en el futuro.
Lo grave es que en ninguno de los dos casos, y en el caso de la torre española es más doloroso aún, se nombra al pionero y “visionario” que ya ideó este tipo de generador eléctrico y que lo puso a disposición de la sociedad sin que sus ideas fueran tenidas en la consideración debida.
Isidoro Cabanyes era coronel de artillería y fue un hombre decidido a resolver algunos problemas técnicos del momento. Este inventor y militar español publicó el 25 de agosto de 1903 un artículo en la revista “La Energía Eléctrica” con el nombre de “Proyecto de motor solar”, donde explicaba dicho invento que consistía en una chimenea que alojaba en su interior un generador eólico movido por el aire caliente producido en un colector solar.
Aunque fue demasiado optimista con respecto al rendimiento global del equipo, es de considerar como tuvo en cuenta los problemas de mantenimiento (que se limitarían a “un poco de aceite para los cojinetes”), costes de personal, resistencia a huracanes, costes de instalación, etc.
Así explicaba que para realizar su invento es necesario que “concibamos una gran caja de cristal herméticamente cerrada; bajo la caja transparente, otra de hierro pintada de negro, y dentro de esta última caja, aire ó agua, medios que, una vez elevados á alta temperatura pasen á cualquiera de las máquinas ya conocidas de aire caliente ó de vapor de agua”, dándonos además los aspectos constructivos de detalle (materiales, tamaños, etc.), así como los cálculos necesarios para ello, aunque, como ya he dicho, fuera excesivamente optimista en los mismos. Llegaba incluso a proponer que la energía generada durante el día se destinara “para la carga de acumuladores eléctricos” y así poder disponer de energía las 24 horas.
Cabanyes tenía claro que el vector energético a potenciar en el momento era la electricidad; y por eso con con Tomás Dalmau fundó la Sociedad Española de Electricidad (la primera gran empresa eléctrica del país). Además intentó realizar submarinos, etc.
Cabanyes posiblemente vivió adelantado a su época y sus inventos no tuvieron el eco que debían y que como vemos hoy día son de plena actualidad.
Un ejemplo más que pongo en este blog de las oportunidades perdidas por una mala gestión de los recursos humanos, las envidias y la dejadez de los responsables del momento. Hoy sigue sin cambiar mucho este asunto, esperemos que la crisis modifique al menos este aspecto de nuestra sociedad.

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