miércoles, 14 de abril de 2010

Reposte mortal


Acostumbrado a evaluar riesgos en mi entorno laboral, por deformación profesional lo hago en el personal también, y cuando reposto veo en la sombra del sol o del alumbrado los gases que salen del depósito del vehículo y del líquido vertido por la manguera. Recuerdo como de niño me gustaba oler ese olor, pero ahora se que ese olor es mortal, que los gases que lo componen, ¡tan aromáticos ellos!, son cancerígenos. Yo me coloco con el viento de forma que aleje los vapores, aunque suponga no oler esos aromas que me recuerdan mi niñez.
En esos momentos veo que las otras personas que están repostando se ponen guantes de plástico, limpian con papel cualquier derrame sobre el coche… pero casi nadie cuida el detalle de no oler los vapores.
Si en mi trabajo recibimos una fuerte formación antes de poder manipular esos compuestos, ¿cómo se permite a cualquiera manejarlos como si fuera agua? ¿como no se les dice que están manipulando líquidos cuyos vapores son cancerígenos? ¿como la ley no obliga a tener un sistema de aspiración en el punto de origen de los vapores?. Estoy totalmente seguro que el simple reposte de los vehículos está matando a muchísimas personas por cáncer, no se hace nada al respecto y creo que se debe hacer sin más dilación, sin importar quién reposte, un profesional o un conductor particular, y que este tema debe ser prioritario en la formación de los nuevos conductores. Saludos.

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